Una marjada es una especie de terraza al lado de una montaña, apoyada por un muro hecho de piedra en seco (marge) y creada para sembrar arboles de secano como los olivos.
La mayoría de las marjadas ya se construyeron en la época de la dominación musulmana de Mallorca. Hoy son patrimonio de la UNESCO y símbolo inequívoco de la isla.
Los jardines mallorquines son de carácter austero pues el agua siempre ha sido un bien escaso. las plantas deben TAMBIÉN sobrevivir al calor del verano, las heladas invernales, la salinidad del aire y algún que otro vendaval.
Los mallorquines heredaron el arte del cultivo de agaves, romeros, olivos, naranjos, almendros Y parras, y las nuevas generaciones lo han sabido combinar con técnicas novedosas para crear belleza y sostenibilidad.
Los nacidos en el mediterráneo tienen presente densos cañaverales como parte de su memoria infantil. Los pocos artesanos de la caña que quedan ya vieron a sus padres limpiarlas de sus hojas y dejarlas secar. El uso de la caña, tan humilde, nos descubre nuevas formas de resistencia y protección; aporta calidez, refuerza la estructura en los techos de vigas y en las pérgolas sus sombras dan movimiento al cambiar la luz de color.